El mundo evoluciona al ritmo de la innovación. Fomentarla en los futuros profesionales es clave para construir sociedades más sostenibles, resilientes y autosuficientes. Las instituciones de educación superior tienen la responsabilidad de cultivar la creatividad, el pensamiento crítico y el espíritu emprendedor en sus estudiantes, proyectando el potencial de jóvenes inventores desde el entorno académico y trazando rutas hacia una innovación con impacto. ¿Cómo se logra esto en la práctica? El arquitecto Jesús D’Alessandro, director de la Escuela de Arquitectura y del Instituto de Diseño para los Trópicos (IDT) de la Universidad Iberoamericana, Unibe, identifica tres claves.