Smart contracts en República Dominicana : análisis de la ejecución de las obligaciones

Abstract

En la actualidad, el acelerado avance tecnológico ha transformado la dinámica y la manera en la que se realizan las transacciones comerciales, situando a los contratos inteligentes, o los smart contracts cómo se denomina en inglés, como una de las innovaciones más destacadas en este ámbito. La República Dominicana, como país en vía de desarrollo, ha tenido un retrasado progreso en cuanto a la digitalización de procesos y actualizándose en lo concerniente las nuevas tecnologías en lo que se refiere al e-goverment o gobierno electrónico. El avance tecnológico que ha tenido República Dominicana se ha caracterizado por ser en el ámbito de las telecomunicaciones. Si bien es cierto que el ordenamiento jurídico dominicano ha adoptado normativas que regulan la contratación electrónica, siendo la misma un gran paso adelante respecto a la contratación tradicional, la misma se considera limitada e insuficiente para abordar la naturaleza de los smart contracts. En consecuencia, surge la necesidad de comprender las implicaciones y el método de ejecución de obligaciones vinculadas a los smart contracts. Los smart contracts son el futuro de las relaciones contractuales. Se caracterizan por ser contratos autoejecutables y están codificados en programas informáticos, lo que hace compleja su interpretación jurídica. Al ser un método que no requiere intermediarios, es accesible y vela por la transparencia entre las partes, estos contratos son de gran interés y resultan muy atractivos para todo tipo de profesionales. A pesar de que aún es un mecanismo que está en desarrollo, es inevitable su utilidad. En un determinado momento, los smart contracts reemplazarán los contratos tradicionales y a los fines de no encontrarnos desapercibidos, es imperativo estudiar y analizar las implicaciones jurídicas de estos contratos y su aplicabilidad dentro del marco jurídico actual dominicano. Tomando en consideración la naturaleza de estos contratos, su interpretación jurídica resulta compleja y, por lo tanto, es de suma importancia que la legislación dominicana busque abarcar estas ambigüedades y versar sobre temas tales como la protección de datos, protección de los consumidores, prevención de fraude, entre otros. En definitiva, los smart contracts, como los avances tecnológicos en sentido general, no son una tendencia temporal, sino que se posicionarán en el futuro como el método principal para contratación. Por consiguiente, es imperativo y necesario analizar cómo esta figura puede adoptarse e implementarse dentro del ordenamiento jurídico dominicano y determinar la viabilidad de su regularización.